Si tu niño o niña es absorbente, perseverante e insistente. Si no sabe jugar solo y necesita a mamá o papá para entretenerse. Si pide constante aprobación y contacto. Si cuando te alejas manifiesta sentimientos de inseguridad o miedo. Si tiene conductas de hiperactividad, siempre con energía muy activa, muy intenso en lo que hace y resulta impredecible. Si tiene dificultad para calmarse solo, se alimenta (en el caso de bebés que maman mucho) o tiene despertares frecuentes y es complicado dormirle, puede que tu niño o niña sea alta demanda.
Son críos muy intensos, movidos y sensibles, con una personalidad arrolladora que a menudo agota y desconcierta a los padres. No tienen ningún problema psicológico, ni tampoco son malos ni consentidos. Son personitas maravillosas, pero con una personalidad agotadora que suele complicar mucho su crianza. Los padres de niños muy demandantes suelen sentirse a menudo cansados, estresados y agobiados. Lo que les funciona un día ya no vale al siguiente
El término fue acuñado por el doctor William Sears, pediatra estadounidense, cuando tras el nacimiento de su cuarta hija se vio desbordado por un temperamento difícil y resistente a todo lo que había funcionado para la crianza de sus anteriores hijos.
CUÁLES SON LOS RASGOS DE LOS NIÑOS DE ALTA DEMANDA
TIENEN PROBLEMAS DE SUEÑO. No necesitan dormir demasiado, por eso les cuesta mucho conciliar el sueño, sobre todo si no está presente un adulto. Tardarán meses, incluso años, en hacerlo del tirón.
Poseen un TEMPERAMENTO MUY FUERTE. Quieren salirse con la suya a cualquier precio, lo que les lleva a tener grandes berrinches cuando se les niega lo que piden, tolerando muy mal la frustración. Por esto mismo Son OBSTINADOS, TESTARUDOS Y REPETITIVOS.
SON IMPREDECIBLES. Por este motivo, estrategias que los padres utilizan, al cabo de un tiempo pueden ser ineficaces, lo que aumenta el stress en la crianza.
Tienen una gran DEPENDENCIA DEL ADULTO, lo que origina una intensa ansiedad por separación. Tienen una gran necesidad de contacto físico (que les cojan la mano, estar al pecho, abrazos…).
SON HIPERSENSIBLES. Experimentan las emociones con mucha intensidad. Son vulnerables, intuitivos y perspicaces. Les afecta cualquier minucia y no le gustan las malas caras o cualquier pequeña riña.
No saben calmarse solos. Suelen necesitar a un adulto para tranquilizarse porque «les cuesta contenerse y autorregularse».
SE ALIMENTAN CON FRECUENCIA, sobre todo durante la lactancia. No lo hacen por hambre, sino porque necesitan sentirse protegidos. TAMPOCO SABEN JUGAR SOLOS. Necesitan un adulto continuamente a su lado para entretenerse. Además, se aburren con facilidad.
SON MOVIDOS E INQUIETOS, con mucha energía y no hay nada que les agote.
SON INTELIGENTES, DESPIERTOS Y CURIOSOS. Son niños que no pierden detalle de lo que pasa a su alrededor, aprenden deprisa y preguntan mucho, desde las primeras etapas de su desarrollo.
SON ANSIOSOS Y PREOCUPADIZOS. El hecho de ser niños con gran inteligencia y sensibilidad, con una gran capacidad de análisis, les suele llevar a preocuparse y darle muchas vueltas a las cosas.
¿Y los padres que pueden hacer?
Pues primero asumirlo. Son niños a los que no les pasa nada y que sólo necesitan más atención y cariño. Si comenzamos por esto, os aseguro que el camino será más llevadero. Evitar el sentido de culpa que los padres pueden tener, pensando en que lo están haciendo mal. Se trata de un niño NORMAL con mayor dependencia de afecto y una gran inteligencia y sensibilidad. Muchas veces los estos niños son etiquetados por el entorno de malcriados, caprichosos, etc. Por lo que es importante conocer las características de estos niños, para saber por qué se comportan de esa manera y cuáles son sus necesidades. Es muy importante aprender a delegar en la crianza, para no sentirnos culpables continuamente
No hay que satisfacer todas sus demandas. Por supuesto necesitan límites claros y bien definidos. Los límites tienen que existir siempre, independientemente de que nuestros hijos sean de alta demanda o no. Esto también da un marco de actuación para todos.
No suelen funcionar las riñas o castigos. Es necesario, tener dosis extra de paciencia, y satisfacer sus necesidades emocionales. Si piden afecto, es porque lo necesitan. Si necesitan atención o mimos, hay que dárselos. Pero al mismo tiempo, poco a poco y con el tiempo, tenemos que ir favoreciendo su independencia y autonomía personal.
Se les ha de proporcionar un ambiente rico y estimulante que les permita explorar su gran energía y creatividad.
Buscar tiempo para vosotros mismos: lo vais a necesitar.
No comparar con el resto de niños. Aunque esta es una regla general para todos en este tipo de niños con mayor razón.
Muy importante tener rutinas establecidas de anticipación sobre lo que puede pasar. Además, debéis de tener la suficiente habilidad para cambiarlas cuando dejen de funcionar.
Háblale de emociones desde muy bebé, con un lenguaje que entienda y que pueda utilizar para ir describiendo cómo se siente. Al ser niños y niñas que tienen una sensibilidad especial, necesitan tener un lenguaje rico para expresar sus estados.
Desde 3Ducktors os recomendamos este libro de la Psicóloga Ursula Perona: Hijos De Alta Demanda. Manual para padres (Padres y educadores).