UN CLÁSICO: BAÑARSE RECIÉN COMIDO PUEDE PROVOCAR UN CORTE DE DIGESTIÓN, FALSO
Posiblemente, una de discusiones más recurrentes cada año cuando comienza el calor y la temporada de playa y piscina: ¿De verdad hay que esperar un par de horas después de comer para zambullirse en el agua?. Pues aquí la respuesta:
- No hay un dato concreto sobre la duración de la digestión, pero el margen va de las 2 a las 4 horas, dependiendo también del tipo y cantidad de comida. La digestión comienza nada más ingerir alimentos y tampoco tiene fundamento el hecho de tener que esperar por lo menos media hora.
- El corte de digestión no existe. Lo que sí ocurre es que, durante la digestión, la sangre se concentra en las funciones intestinales, con lo que si realizamos una actividad física que requiera parte de ese riego sanguíneo, la digestión se ralentiza y podría dar lugar a mareos y vómitos.
- Existe la hidrocución, término que explica el shock que se produce en el cuerpo al ser sometido a un cambio brusco de temperatura. Por este motivo, y no por la comida, es recomendable entrar en el agua paulatinamente cuando has acumulado mucho calor o esta está muy fría.
Esperamos que, a partir de ahora, no tengáis dudas con la hora del baño después de comer.
EXPONERSE A UNA CORRIENTE DE AIRE POR LA NOCHE HACE QUE SE RESFRÍEN: FALSO
Las corrientes de aire por si solas, no provocan los resfriados. Los virus se contraen por el contacto social, no porque haga más o menos frío. Así que, si hace mucho calor, se puede abrir la ventana de la habitación para que corra aire y que el niño duerma; no pasa nada.
Una premisa derivada de la exposición a una corriente lo constituye: ¿EL AIRE ACONDICIONADO ES BUENO PARA LOS NIÑOS PEQUEÑOS?
El aire acondicionado en principio no es perjudicial para la salud de los niños, pero se debe de utilizar con una serie de precauciones y no abusar, ya que es importante saber que los cambios bruscos de temperatura, el frío excesivo, la sequedad o humedad excesiva pueden provocar en niños pequeños resfriados o irritaciones hasta faringitis, bronquitis, etc.
Por esta razón, algunas recomendaciones para usar el aire acondicionado son:
- En verano la casa debe de estar a una temperatura cercana a los 25 ° de día. Las temperaturas artificiales excesivas -tanto el frío como el calor- afectan las mucosas respiratorias, facilitan la irritación de las vías aéreas y abren el camino a procesos respiratorios agudos.
- Durante el primer año de vida, las vías aéreas son muy estrechas y susceptibles a los cambios del medio ambiente, y cualquier infección o irritación puede dificultar la respiración normal.
- El bebé no debe quedar expuesto directamente a la corriente de aire frío del aparato. De esta manera evitaremos enfriamientos que pueden llegar a ser graves.
- Durante la noche hay que apagar el aire.
NO PUEDES QUEMARTE SI ESTÁ NUBLADO: FALSO
Este es uno de los mitos sobre el verano que pueden poner en peligro tu salud. Mucha gente cree que si está nublado el sol no quema, o quema menos. No es cierto. Lo que afecta a la piel son las radiaciones ultravioleta, y esas atraviesan las nubes sin ningún problema. Aunque no veas el Sol, sus efectos en la piel siguen actuando al 100%. Se debe usar protección solar siempre, y que sea del 50.
Por cierto, y también relacionado con el sol, NO ES SUFICIENTE CON PONERSE CREMA UNA SOLA VEZ EN UN DÍA LARGO DE SOL. Hay cremas resistentes al agua, pero, con todo y con eso, lo recomendable en el caso de los niños, ya que se exponen más a los rayos directos del sol y a que se bañan también más que un adulto cuando son autónomos en el agua, mejor cada hora o directamente cada baño prolongado.
LOS RECIÉN NACIDOS NO PUEDEN IR A LA PLAYA: FALSO
Este es uno de los mitos más frecuentes en la época estival. Lo que sí que es verdad es que a los niños menores de 6 meses no les debe dar el sol de forma directa y prolongada, ya que su piel es muy sensible y se puede quemar con mucha mayor rapidez. Debemos de tener en cuenta que NO SE PUEDEN UTILIZAR PROTECTORES SOLARES POR DEBAJO DE LOS 6 MESES.
Por otra parte, las horas centrales del día es mejor evitarlas por el exceso de calor existente.
Sí se puede ir a la playa en las primeras o en las últimas horas del día. Podríamos ir perfectamente si dejamos a nuestro bebé a la sombra, además de ponerle gorrito y ropa de manga larga, pero fresquita.
LOS BEBES NO SE PUEDEN BAÑAR EN PISCINAS CON CLORO: FALSO
Este es otro de los mitos clásicos del verano. El bebé se mueve mejor en un medio acuático que en uno terrestre y las razones están en los reflejos que posee. Estuvo nueve meses en el líquido amniótico y, en realidad, viene preparado para nadar
Los productos utilizados en el mantenimiento de las piscinas no son tóxicos para los niños. Es cierto que tanto el cloro como la sal pueden llegar a irritar la piel de los bebés, pero esto se soluciona muy fácilmente si los baños en las piscinas son cortos y después les aclaramos la piel con agua dulce.
La importancia viene determinada por el contenido de cloro en la piscina. Cantidades superiores a 150 MG por metro cúbico pueden producir irritaciones y síntomas como: conjuntivitis, otitis, diarreas, problemas cutáneos, etc.
La temperatura es un elemento que debes atender al llevar al bebé a la piscina, ya que tiene la piel muy sensible y cualquiera de los dos extremos resultaría inconveniente. En el caso de los prematuros, a algunos les cuesta aún regularla. Considerando la corta edad en que puede entrar el bebé a la piscina, la temperatura no debería ser inferior a 30 °C.
Las piscinas de aguas saladas son una opción para los bebés porque la concentración química es menor. Pero no están exentas de productos que puedan causar alergias o irritaciones respiratorias.
Una vez terminado el baño es importante aclarar la piel con agua dulce.
La edad recomendable para dejar entrar al bebé a una piscina va de la mano con el ciclo de vacunación. A esta edad ya tiene una protección y el desarrollo motor se potenciará en el agua, pues los reflejos natatorios aún no han desaparecido.