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COSTRA LÁCTEA: QUE HACER

La costra láctea, que aparece en la cabeza de algunos recién nacidos en la primera o segunda semana de vida, es la primera manifestación de la dermatitis seborreica. Consiste en una placa grande, de color amarillo-blanquecino, con escamas de aspecto grasiento, que no pica.

Afecta especialmente a aquellas áreas con mayo cantidad de glándulas sebáceas (glándulas que segregan grasa), por ejemplo, las orejas y el cuero cabelludo, pero posteriormente también el tronco, las cejas, los grandes pliegues (ingles, axilas) y el área del pañal.

Predomina sobre todo la forma infantil, autolimitada, que afecta a los niños durante los primeros meses de vida y luego desaparece. La forma del adulto puede comenzar en la pubertad.

Es un proceso autolimitado, con tendencia a la remisión y la aparición de las lesiones de nuevo. Algunas medidas pueden ayudar a disminuir los brotes o mejorarlos:

Higiene: utilizar jabones neutros. Hay geles y productos especiales para la dermatitis seborreica, tanto infantil como del adulto.  Evitar sustancias irritantes y el estrés.

La costra láctea se puede retirar con aceites, vaselina o geles específicos para la costra láctea.  La piel de los bebés es más fina y frágil que la de los adultos, por lo que es importante utilizar unos cuidados suaves y respetuosos. Un champú suave sin jabón tiene un pH cercano al pH fisiológico de la piel, preserva el equilibrio del microbioma y no causa deshidratación. Al contrario de lo que da a entender su nombre, el distintivo “sin jabón” no quiere decir que el cuidado no lave; este apelativo se utiliza simplemente para indicar que el producto contiene menos tensoactivos (ingredientes encargados de eliminar la suciedad, pero que también resultan agresivos para la piel) que otros jabones. Por otro lado, es posible que el cuidado haga poca espuma, ¡pero que no haga espuma no significa que no lave!

Este es el tipo de champú que debe utilizarse para enjuagar los cuidados tratantes para la costra láctea.